Regresando a casa. Primeros Pasos

Sthiss Tor habia quedado atrás tan solo unos días antes. La cantidad de años que habia permanecido en la ciudad de la diosa Serpiente los sentia al fin al atravezar aquellas tierras inospitas. La Jungla habia sido terririfica, y las heridas aún se le marcaban en la grisasea piel, y su pesada túnica tenia tirones en algunos sitios, la sangre seca se resquebrajaba en su rostro, y la sed amenazaba con causarle graves problemas.

Sin embargo, 1 hora exacta despues de su último encuentro, con un par de lobos perdidos de su jauria - algo que podía agradecer -, habia sentido el cambio en el aire, de un aire denso y viciado, a uno asqueroso. Eso no podía ser llamado aire, era más bien como respirar brea. Se apretó bien la tunica, sabia exactamente por donde estaba adentrandose, su ex amo se lo habia dicho 24 años atrás. Estaban en los pantanos del rio de la serpiente. Un lugar donde sus pies y sentidos debian ser extremadamente agiles. Supo que habia dejado los últimos vestigios de la selva cuando su cuerpo se vio atrapado en un hediondo pantano. Salir de allí le costó cerca de 5 minutos, y estuvo al borde de perder el poco equipaje que llevaba encima.

Jadeando, Devita se tendió en las humedas y escasas tierras. Era inútil. Sus sentidos y habilidades eran muy buenas, pero el ambiente era imposible. Tragó saliva y puso sus finos dedos sobre la venda.

- Estoy sola con los insectos, qué mal puede hacerle a nadie? -

Con sus manos, ahora detrás de su cabeza, comenzó a retirar la venda que le cubria los ojos. Sintiendo su corazón latir rápidamente. No la habia retirado desde que tenia 13 años mortales, y eso, habia sido muchos años atrás. Lo habia hecho para amedrentar a un cobrador, enemigo de su amo, pero el lugar habia sido una reducida habitación, con escasa luz, donde sus ojos brillaban con una intensidad sobrecogedora. Ahora, sabia que era pleno día, y temió por el daño que la luz y las imagenes pudieran causar a sus ojos y su cabeza. Suspiró.

Demoró unos instantes en abrir los ojos, lo hizo con una severa lentitud, sintiendo como incluso la escasa luz de los pantanos la heria. Pero debia hacerlo, tomar uso de su vista disminuiria el olfato, y la verdad, lo necesitaba.

Unos minutos más tarde, con el cuerpo cubierto por completo, solo con los ojos a merced del observador, la drow se movilizaba agilmente por los pantanos. Sus manos espantaban de vez en cuando a los insectos que en vandadas se abalanzaban sobre ella con ansias de devorarla. Para otros, son duda, el calor hubiera sido inaceptable. Pero para ella, simplemente era una prueba más para superar.

Caminaba a pasos rápidos, en busca de verdadero aire, esperando no hallarse con nada en el camino, aunque bien sabia que en aquellos terrenos, algo así era mucho pedir.

*Y verdaderamente, los pensamientos de la drow no iban mal encaminados, en absoluto. Desde luego, ninguna bestia salvaje la acechaba, mucho menos se abalanzo sobre ella durante su camino...aun.*

*Se trataba de curioso edificio que aquel que hubiese pasado anteriormente por aquel camino no recordaria, y esque la alta y gruesa torre, no contaba con mas de un ar de dias de vida. Es tan alta que no se puede abarcar con la vista su final, pues esta se perdia en la espesura de las copas de los arboles, ni de su anchura total de base, pues con la neblina propia del pantano era dificil distinguir su figura.*

*De piedra y sin ningun tipo de adornos, simplemente esta ahi.*

La joven Drow habia continuado su camino, deseando que su memoria sobre la longitud de aquel asqueroso lugar fuera mala, pero al parecer no era así, y sin embargo, no habia caminado mucho cuando una elevadisima y anchisima edificación se apareció en su camino. La observó, con los ojos aún entrecerrados, con un dolor de cabeza punzante. No recordaba que su amo le hubiese dicho nada de aquella construcción, algo de aquel volumen no podía simplemente pasar desapercibido. Habría errado su camino?.

Se adelantó más y pudo notar que los materiales eran muy recientes, aún olia a tierras removidas, y la polución de insectos parecia mayor en esa area, como si hubieran desterrado a muchos de su lugar de origen. Se acercó hasta poder tocar la estructura con la mano. Quién haria algo cómo aquello en medio de la inmundicia?. No le parecia buena señal.

Dió algunos pasos hacia atrás, con dos ideas en la cabeza. La primera, observar la torre, ver detalles de ella que pudieran indicarle a quien pertenecia. Tipo de construccion, materiales usados, aberturas en la estructura, como ventanas u otros accesos, alguna bandera, alguna imagen. Y la otra, abarcarla y salir de ahi, no queria quedarse esperando haber si lo que habitaba en tremendo lugar era amigable o no. Nisiquiera si descubria que si podian serlo, se quedaria, el hedor la estaba torturando, y sus ojos clamaban por oscuridad.

*Sin embargo y a pesar de que sus conocimientos eran bastos, no pudo averiguar gran cosa acerca de la torre, su origen, y mucho menos su posible dueño o proposito. Esto era muy simple de explicar: la torre era, aunque aparentemente fuera construida hacia muy poco dadas las evidencias, milenaica, y culturas como la Mimbrana no existian cuando torres similares se alzaban en distintas partes del mundo.*

*Pero otra cosa si pudo observar con claridad, y era que donde habia estado tentada de tocar la torre, donde antes no habia mas que piedra lisa, ahora habia una entrada (o salida, quien sabe...) En el interior de la torre y desde la nueva entrada nada especial podia observarse. Tan solo una sala, circular, gris y con poca iluminacion. Vacia.*

*Seguir el camino, tortuoso, o hacer un alto en el camino, resguardada...*

Al notar la puerta que definitivamente no estaba allí antes, Devita se detuvo. Titubeó por unos instantes y luego dirigió sus pasos hacia allí.

- Si sigo por el rio serpiente sin agua o alimentos, moriré antes de llegar siquiera a la mitad de este pestilente camino - se dijo a si misma en voz baja.

Era cierto, el camino que le faltaba aún, era largo, y seguro no tendria chance de hallar algo como aquello una vez más, a menos claro que la torre o su propietario quisiera que así pasara, pero no se arriesgaria a intentarlo.

Claro, habia pensado en seguir su camino, sin dejarse tentar por posibilidades estupidas de hallar la muerte. Pero no habia presupuestado la perdida de su menaje.

Mordió su labio inferior, apretando su venda en la mano izquierda. Con un paso decidido atrevezó la puerta, solo buscaba por lo menos algo de agua para llenar su bota, estaba segura que con su entrenamiento, algo tan simple como aquello le serviria para salir con bien del sopor de aquellos pantanos.

Aunque claro, salir de Nyissa iba a costarle mas que eso, ya era un comienzo.